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“Set” y “setting” son dos términos que se refieren, respectivamente, a las características psicológicas de quienes consumen drogas ya las condiciones ambientales en las que habitualmente se produce el consumo. El concepto de “set and setting” centra la atención en cómo los efectos del consumo de una determinada sustancia psicoactiva pueden depender no solo de la sustancia en sí, sino también del contexto en el que se produce la ingesta (ambiente, rituales, presencia o no de otros consumidores, etc.) y las características de quienes la utilizan - entendida como el estado de ánimo en el momento del consumo, pero también como personalidad y predisposición. Es decir, según esta teoría, la sustancia psicoactiva actúa como una especie de amplificador de las emociones, tanto positivas como negativas (estrés, miedos, angustias, penas). El primero en definir y utilizar el concepto de “escenario y escenario” fue Norman E. Zinberg, psiquiatra y profesor de la Facultad de Medicina de Harvard: él, en el célebre texto “Drug, Set and Setting. Las bases para el uso controlado de estupefacientes” -publicado en 1984 y considerado uno de los textos de referencia sobre el posible uso controlado de sustancias estupefacientes- sostiene que las tres variables, es decir, la sustancia en sí, las características del consumidor y el entorno en el que se encuentra También debe tenerse en cuenta el consumo de sustancias para formular cualquier teoría válida sobre el consumo de sustancias psicoactivas. No sólo eso: el autor sostiene que es necesario, en cada caso individual, saber cómo las características específicas de la sustancia en cuestión y del consumidor interactúan y están condicionadas por el entorno y las posibles prohibiciones impuestas. Como si quisiera decir que incluso la actitud más o menos punitiva de la sociedad hacia el uso de drogas puede influir en cierta medida en el consumo mismo. Según algunos autores, sin embargo, el pensamiento de Zinberg debería actualizarse, ya que la marihuana que circulaba en los años 70 y 80 del siglo pasado tenía un contenido de THC sensiblemente inferior al de las variedades actuales -para dar una idea, con algunos híbridos sí-. puede alcanzar concentraciones de hasta un 25 % de THC, frente al 5 % que circulaba en ese momento, según informa Alex Berenson en un reciente editorial publicado en el New York Times [3]. Elisabeth Stuyt, profesora de psiquiatría de la Universidad de Colorado, especializada en adicciones, recuerda cómo el contenido medio de THC de la marihuana que circulaba antes de los años 2 pasó del 90% al 4%, hasta alcanzar un aumento del 212% entre 1995 y 2015: hoy En Colorado -donde, recordemos, se ha legalizado el consumo de cannabis-, el rango de THC de las especies más disponibles en el mercado oscila entre el 17 y el 28% (las Girl Scout Cookies, un híbrido americano que también se está extendiendo en Europa, es un ejemplo). Lamentablemente, subraya el profesor, estas plantas no son capaces de aumentar igualmente la síntesis de CBD - el cannabinoide considerado "protector" - cuyo porcentaje todavía se mantiene en niveles muy bajos, del orden del 0,09-0,2% [ 4] . Con estos datos en la mano, es evidente que las tres variables de las que hablaba Zinberg, estarían al menos desequilibradas hacia la propia sustancia, que podría tener un mayor "peso" tanto respecto del "conjunto" como respecto del " entorno". Sin embargo, no todos los estudiosos están de acuerdo con esta posición: los métodos para concentrar el cannabis ya existían mucho antes de los años 70, al igual que los híbridos de marihuana, que comenzaron a circular en los años 60 y 70 en los Países Bajos. El propio Charas, uno de los concentrados de cannabis más antiguos y valiosos del mundo (originalmente se producía sólo en algunas zonas de la India a partir de cannabis silvestre del Himalaya) y siempre ha sido considerado sagrado en la religión hindú, puede alcanzar un contenido de THC equivalente a al 40%. Una vez más, ante una cuestión lejos de ser resuelta, surge más que nunca la necesidad de disponer de estudios científicos cada vez más profundos: la investigación, realizada con rigor y sin prejuicios, podría proporcionar respuestas válidas, útiles para disipar algunas dudas importantes. y establecer con mayor claridad los beneficios y riesgos del consumo de marihuana, tanto con fines médicos como recreativos, delineando también el perfil de seguridad del uso. Además, aunque la mayoría de las aplicaciones terapéuticas en estudio involucran al CBD, incluso el THC, bien dosificado, podría representar un recurso válido desde el punto de vista médico. Hasta la fecha, el THC y el CBD han sido estudiados como: -analgésicos -antieméticos -antiinflamatorios -antiepilépticos -neuroprotectores Desafortunadamente, hasta la fecha faltan estudios científicos profundos y rigurosos que aclaren los mecanismos de acción de los cannabinoides y confirmen o negar sus efectos terapéuticos; Los propios receptores de cannabinoides siguen siendo objeto de estudio y caracterización y se sabe poco sobre cómo pueden activarse o inhibirse. Es una situación cuando menos singular, si se piensa en el milenario uso de esta planta -tanto con fines lúdicos como espirituales y terapéuticos- y la siempre acalorada y muy actual disputa entre prohibicionismo y liberalización, que debería espolear a los representantes de una u otra el otro, de la otra orilla para sustentar sus posiciones con rigurosos datos científicos en mano. Finalmente, más allá de las creencias personales, sería más necesario que nunca profundizar en los aspectos relativos a la seguridad de uso, especialmente en lo que respecta a los efectos secundarios del THC, tanto a corto como a largo plazo, que con razón preocupan tanto desde el punto de vista del libre consumo de cannabis y desde el punto de vista de su uso en un ámbito clínico. BIBLIOGRAFÍA -Naturaleza. 1970 Apr 11;226(5241):119-23. Una comparación de consumidores y no consumidores de marihuana NE Zinberg, AT Weil https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/4908370/ -Science. 1968 Dec 13;162(3859):1234-42. -Lunes Med. 2018 noviembre-diciembre; 115(6): 482–486. El problema con la actual marihuana THC de alta potencia desde la perspectiva de una psiquiatra adictiva Elizabeth Stuyt, MD https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6312155/

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